La mejor comida italiana que he probado en la vida, no es el lugar más fancy del mundo, pero sí puedo asegurar que es el ambiente más acogedor, genuino y de los más agradables que he conocido. La dueña del restaurante, Alessandra, es sumamente amable, nos dio unas recomendaciones de platos increíbles, la comida estuvo perfecta en sabor, cocción, presentación y lo hacen sentir a uno como en casa. Sin duda alguna voy a regresar muchas veces más. Recomendado el plato de pasta media luna con hongos y prosciutto
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